¡Feliz Sábado de descanso, buscadores!
¿Cómo estáis? He estado leyendo (y respondiendo) a todos vuestros
comentarios y me alegra ver cuánto os está gustando la nueva historia y todas
esas teorías que tenéis, jaja. Así que sin alargarlo mucho más, vengo para
traeros la tercera parte de Noches de Feria ^^
¿Recordáis cómo quedó la cosa la última vez? Tom y la chica misteriosa
desaparecieron en medio de la multitud del parque. ¿Quién quiere saber a dónde
fueron?
Aquí os dejo la respuesta:
3
<< ¿Qué estás haciendo? >> Se
preguntaba una y otra vez, apretando cada vez más el osito entre sus manos. No
sólo se preguntaba eso, también reflexionaba sobre por qué se había echado a
llorar en el puesto de peluches sin motivo, o por qué había aceptado la
invitación de ese chico para jugar cuando sabía que lo haría fatal.
Ahora, además de agotada y triste, podía añadir
avergonzada y confusa a la lista de emociones que fermentaban en su interior
como en una olla hirviendo. Pero, a lo que más estaba dando vueltas, porque no
lograba entenderlo de ningún modo, era a la actitud de ese chico. Todo lo que
había hecho había sido muy extraño, pero especialmente… la chica se llevó una
mano al pómulo donde el chico le había rozado y notó como la piel se le
acaloraba bajo las yemas de los dedos, así que retiró la mano al instante. ¿Por
qué había puesto tantos empeños por ayudarla?
Miró hacía la barra del puesto de comida rápida en
el que estaban y vio el modo en que se inclinaba sobre el mostrador para que el
dependiente le oyera. Sonreía… ese modo que tenía de sonreír a todo el mundo,
jamás lo había visto en nadie.
¿Por qué le había seguido hasta allí? No le
conocía de nada, podía haber sido un psicópata o simplemente uno de esos chicos
que sólo se muestran amables para engañar a las chicas con aspecto de mojigatas
como ella para luego aprovecharse.
Todavía podía ser alguna de esas dos cosas, aunque
en apariencia, sólo era un chico encantador. Pero no podía fiarse sólo de su
aspecto. Las personas atractivas como él solían generar confianza en los demás
de forma innata (lo había leído en algún sitio). Y aquel chico lo era… Sin duda,
tenía los ojos castaños luminosos más bonitos que nunca había visto y lo mismo
ocurría con su sonrisa.
En ese momento, el chico giró la cabeza hacia ella
y la descubrió observándole, así que ella desvió la mirada hacia otro lado por
los nervios.
¿Qué estaba haciendo? ¿Qué hacía ahí sentada? ¿Por
qué estaba en ese parque? Las preguntas volvieron a inundar su mente y al no
encontrar respuesta sólo pudo pensar que se estaba comportando como una
lunática y eso la asustó. Sintió la irrefrenable necesidad de levantarse y
marcharse de allí. De hecho, agarró el oso y puso la otra mano sobre la mesa
para apoyarse, pero cuando se disponía a ponerse en pie, el chico apareció y
soltó un plato frente a ella.
-¡Hola!- saludó. Se sentó también a la mesa y
soltó la guitarra a su lado.- Te he traído un gofre con helado. He pensado que
eso es algo que le gusta a todo el mundo- le explicó.- Bueno, yo tengo un amigo
un poco raro al que no le gustan este tipo de cosas pero… ahora que lo pienso
no sé porque soy amigo de un tipo así.-
Ella se dio cuenta de que intentaba relajar el
ambiente con una broma porque probablemente su eterno silencio le estaba
incomodando.
-Gracias- tomó el tenedor y trató de sonreír. Un
psicópata no la invitaría a helado ¿verdad? - A mí sí me gustan estas cosas.-
-Me alegra haber acertado- Aunque más bien le
pareció aliviado. Desde el otro lado de la mesa, le tendió la mano.- Por
cierto, soy Tom.-
-Yo soy Nataly- se presentó ella.
Seguía teniendo el estomago cerrado pero ya que
Tom se había molestado en traerla la comida
pensó que al menos tenía que hacer el esfuerzo de probarla. Así que, usó el
quebradizo tenedor de plástico para partir un minúsculo trozo de gofre rebozado
en helado y se lo metió en la boca. ¡Estaba delicioso! Tan esponjoso y tan
dulce y cuando se le deshizo en la boca, sintió una sensación de hormigueo en
la boca del estomago y la urgente necesidad de seguir comiendo, así que empezó
a partir trozos cada vez más grandes y a devorarlos como si fueran a
desaparecer.
Con cada pedazo que tragaba, sentía un ligero
alivio en la presión que la ahogaba, era como si la reanimara. Y aunque la
situación en la que se encontraba aún le parecía un poco extraña, incluso notó
que el cerebro empezaba a funcionarle mejor.
-Vaya, tenías hambre ¿eh?- comentó Tom, divertido
después de verla vaciar el plato en menos de cinco minutos.
-No había comido nada desde esta mañana- respondió
Nataly. Ahora que pensaba con más claridad, se le ocurrió que debería haber
sentido hambre en algún momento.- Puede que me sintiera mal por eso…-
-Sí, es bastante probable-
Nataly se quedó mirando el plato vacío,
jugueteando con el tenedor y sorprendida de que Tom no le hubiese preguntado
aún nada acerca de su peculiar
comportamiento. Imaginó que querría saber lo que había pasado después de todo,
pero ella no se sentía con suficientes fuerzas como para dar ese tipo de
explicaciones. Y se le ocurrió que un modo de evitarlo era adelantarse.
-¿Hace mucho que tocas la guitarra?- le preguntó.
-Desde que era un niño.-
-¿Y compones tus propias canciones?-
-Sí, aunque hace poco que empecé a hacerlo. Mis
amigos y yo tocamos juntos. Tenemos… algo parecido a un grupo, pero todavía
desconocido- Sin embargo, resultaba evidente que aquello era importante para él,
los ojos le brillaban más aún al mencionarlo y Nataly sonrió contagiada por esa
ilusión, sin darse cuenta.- Esto del puesto es algo temporal hasta que tengamos
nuestra oportunidad.-
-Eso debe estar bien- opinó ella.- Dedicar tu vida
a hacer lo que te gusta y además con tus amigos.-
-Con mis mejores amigos- la corrigió. Esas
palabras le provocaron un ligero pinchazo de envidia que desinfló un poco a
Nataly. E hizo que se olvidara del resto de preguntas que tenía preparadas.-
Bueno ¿Y qué me dices de ti? ¿Tienes algún talento secreto?-
-¿Yo? ¡Qué va!- contestó ella sin pensárselo un
instante.- ¿Has visto mi actuación con la pistola? Pues más o menos así es como
hago todo: con mucha dificultad y sin grandes resultados.-
-Estoy seguro de que eso no es verdad- le dijo él,
bastante convencido para no conocerla de nada. Quizás había exagerado un poco
pero cuando se sentía tan mal consigo misma como esa noche, tendía al pesimismo
y ¿Por qué no decirlo? Un poco también al drama.
-Me gusta escribir relatos cortos- reconoció al
fin. Tom sonrió, inclinándose hacia ella con interés.
-¿Sobre qué?-
-Pues… no sé, sobre distintas cosas. Sobre lo que
se me ocurre cada vez.-
-¿Y qué haces con ellos?- Nataly frunció el ceño,
confusa.- Quiero decir ¿Los mandas a algún sitio para que los publiquen o algo
así?-
-¡Claro que no!-
-¿Por qué no?-
-Porque no son lo bastante buenos…-
-¿Y tú cómo sabes eso?-
Nataly se removió en el asiento, bajando la vista
hasta el osito de peluche.
-Antes intentaba que alguien los leyera, ya sabes,
mi familia o mis amigos pero… a nadie le interesaba el tema así que…-
-¡A mí me gustaría leer alguno!-
Nataly levantó la vista de golpe. Consideró si lo
estaría diciendo en serio, pero supuso que no. Si ni siquiera su familia había
hecho el esfuerzo ¿Por qué lo haría un desconocido?
-No tienes que hacer esto- le dijo, fingiendo una
calma que no sentía en absoluto.
-¿Hacer el qué?-
-Pues… ¡Esto! Ser tan amable conmigo ¡Ni siquiera
me conoces! No entiendo…- las palabras se le diluían en la mente antes de que
llegara a ver la frase completa. ¡Era tan frustrante!
-A lo mejor quiero conocerte- repuso él como si
nada.
La miraba como quien mira una adivinanza que está
a punto de resolver, casi seguro de cuál será el resultado. Ella, en cambio,
estaba cada vez más confundida con ese chico porque no lograba adivinar lo que
pretendía. Y seguía demasiado alterada como para explicarse aunque deseaba
hacerlo. Estaba segura de que en un minuto o dos más de conversación Tom
acabaría pensando que era idiota.
-Ahora mismo, es como si me faltaran las palabras
para expresarme bien- le dijo.- Es como si tuviera miles y miles de
pensamientos en la cabeza que van de un lado a otro a toda velocidad y no
puedo…-
Dejó la frase en el aire, pero Tom asintió.
-Entiendo- Nataly parpadeó, perpleja.
-¿Ah sí?-
-¡Pues claro! Yo también me siento así a veces,
por eso compongo… es más sencillo ponerle música a ese caos.- Cogió la guitarra
y acarició las cuerdas.- ¿Acaso no escribes tú por el mismo motivo?-
Tenía razón, y por increíble que pareciera, ella
nunca había sido consciente de que esa fuera la razón. Escribía porque tenía
que hacerlo, porque si no sentía que se volvía loca con todas esas historias en
la cabeza. Porque le gustaba. Pero nunca se había planteado un motivo más allá
de eso.
-¡Hagamos una cosa!- dijo él de pronto.- Iré
tocando melodías y si escuchas alguna que suene como el ruido de tu cabeza, me
lo dices ¿De acuerdo?-
-No sé…-
Pero Tom ya había cambiado su postura y se había
acomodado la guitarra. Su mano derecha rasgó las cuerdas antes de que Nataly
dijera nada más y de ellas surgió una melodía preciosa y muy rítmica, pero
demasiado alegre. Aunque le gustó como sonaba, Nataly negó con la cabeza en
seguida.
-A ver esta otra- dijo Tom, intentándolo esta vez
con un sonido más melancólico. Se parecía algo más a como se sentía por dentro,
pero era quizás demasiado dulce. Se podía apreciar un débil hálito de esperanza
que despuntaba en algunos compases. Por eso tuvo que rechazarla también.-
¡Vaya! Veamos… - Se detuvo a pensarlo unos segundos y entonces, clavó los ojos
en ella.- Dime si es ésta.-
Siguió mirándola fijamente cuando la música empezó
a manar de sus manos. Nataly, en cambio, dejó de mirarle en cuando escuchó la
primera nota. Sus ojos se hundieron, igual que su corazón que se encogió de
pena, porque era, sin duda, el sonido más triste que jamás había oído.
Removió todo lo que tenía dentro de ella, porque
era como escuchar una nana familiar que casi había olvidado, reconocía su
propio dolor en esas notas. No sólo el dolor que la había estado ahogando
durante todo ese horrible día que parecía no querer terminar, sino ese otro dolor hueco y constante que
venía sintiendo desde hacía ya bastante tiempo. Y al darse cuenta, experimentó
un fuerte latigazo en el corazón y un nuevo escozor en los ojos.
-¿Nataly?- Al oír la voz de Tom se dio cuenta de
que éste había dejado de tocar. Pero ella seguía oyendo esa melodía en su
cabeza una y otra vez.
-Es ésa- le dijo frotándose los ojos con
disimulo.- Justo así.-
Tom asintió lentamente, ahora también él parecía
apenado.
-Pues debes estar sintiéndote fatal-
¿Se habría sentido él así alguna vez? Nataly pensó
que sí, por eso conocía esa triste melodía. Le sorprendió porque a menudo
pensaba que era la única que albergaba esas emociones tan extremas y
perturbadoras.
-Me gustaría hacer algo para ayudarte…- murmuró
él.- ¿Qué haría que te sintieses mejor?-
¿Cómo podía parecer tan sinceramente preocupado
por ella alguien a quien acababa de conocer? Puede que sí resultara ser un
chico encantador, sin más. También existían ¿no? Entonces deseó haberle
conocido cualquier otra noche. Una en la que hubiese estado más animada y
hubiese podido ser más simpática, divertida o ingeniosa. Aunque no sabía si
ella era alguna de esas cosas.
-Podrías tocarme alguna de tus canciones- le
pidió, vacilante.
-¿En serio? ¿Eso te haría sentir mejor?- Nataly
asintió, de pronto convencida.
-Quizás así lograría cambiar lo que oigo en mi
cabeza-
Tom trató de contener una carcajada y una sonrisa
enorme se le desparramó por la cara.
-Una de mis canciones ¿Eh?- Acarició la guitarra
mientras pensaba, aunque no tardó demasiado en dar con la adecuada.- Estos
últimos días he estado trabajando en una nueva. Aunque sólo tengo esta parte…-
Se quedó quieto un momento, sin mirar a ningún
sitio y después, hizo que las cuerdas volvieran a vibrar. El cielo nocturno se
llenó de notas bailarinas una vez más, repitiéndose en un ritmo pegadizo. Y
entre ellas, surgieron las palabras. La voz de Tom se abrió paso por encima de
los demás sonidos, y se fundió con ellas de un modo perfecto:
Tell me what’s going on,
I know there’s something on
Your mind and
Can you just open up?
Do you feel out of love?
You know I’ll never let
that happen
They must be out of their
mind
El corazón se le aceleró al escuchar esas
palabras. Estaba incluso más nerviosa de lo que había estado todo el día. Esas
palabras… era como si la hablara directamente a ella (aunque era imposible). No
obstante, se parecía tanto a lo que… eran las preguntas que ella pensó que Tom
le haría, pero que no había formulado. Y las últimas frases, no las había dicho
tampoco pero…
En su vida no había nadie que se molestara en
evitar que otros la hirieran, esa era la verdad. Y siempre había sido así, no
es algo que pensara ahora porque se sentía triste.
And I won’t let them take that away…
La respiración se le estaba acelerando también y
curiosamente lo que ella percibía era que todo a su alrededor empezaba a ir más
lento de lo normal.
Nataly supo que debía desviar la mirada porque de
pronto no supo cuánto hacía que le miraba fijamente. A lo mejor era por la
canción, por las palabras o por todo lo anterior, pero a cada segundo que
pasaba, Tom le parecía más y más atractivo. A lo mejor era algún tipo de
sugestión por lo bueno que había sido con ella. Nataly sabía hasta que punto
era fácil que su mente se sugestionara.
Pero, en esta ocasión… realmente era un chico muy
guapo. Su pelo era tan negro como el cielo que los arropaba y lo llevaba corto
y lacio. El flequillo le caía sobre el lado izquierdo de la cara, rozándole la
nariz. Puede que la nariz fuera lo menos atractivo de su rostro porque era
ligeramente bulbosa, pero aún así, le gustó porque hacía cobrar fuerza al resto
de sus rasgos. Además ¿Quién se fijaría
en eso cuando mirabas esos ojos castaños que resplandecían con fiereza? ¿O esa
bonita sonrisa que dejaba sin respiración? ¿O escuchabas esa voz atrayente y
fina?
Al final sí que tuvo que apartar la mirada porque
sintió que se ruborizaba por sus propios pensamientos. Trató de alejarlos y
pensar en otra cosa que la calmara. No podía dejar que su mente enfilara tan
peligroso sendero sólo porque le gustaba cómo cantaba.
I’ll be your hero, standin’ strong
Who’ll protect you from any fight
And if your battles are piling on,
I will take them on with all my might
Cry your tears on my shoulder
You don’t know what the future holds
So I’ll be your personal soldier
Tom no soltó la guitarra hasta que el sonido murió
del todo y entonces, la miró. No la preguntó en voz alta, pero lo hizo con la
mirada.
Nataly estaba tan impresionada que, ahora más que
nunca, se había quedado sin palabras. Debía ser la canción más bonita del mundo
y la canción que todas las chicas querrían oír (sobre todo si, como había sido
su caso, alguien te la cantaba mirándote a los ojos).
-¡Tienes que acabar esa canción cuanto antes!- le
soltó reaccionando por fin. Se inclinó sobre la mesa, invadida por una
repentina urgencia.-¡Es tan… tan…! Tienes un gran talento. Esa canción es…-
Ahora más que nunca lamentaba no encontrar las
palabras precisas que describieran lo maravillosa que era esa canción. Tal vez
no hubiera términos lo bastante buenos como para que Nataly expresara lo que
esa canción le había hecho sentir. Por suerte, un entusiasmo tan excesivo que
te haga enmudecer puede ser tan elocuente como el mejor de los discursos. Al
menos para Tom debió ser suficiente, porque alargó un brazo por encima de la
mesa y rozó la mano de Nataly, quien sintió un chispazo que le desconcertó un
poco.
-Gracias, Nataly- le dijo.- Me alegra que te
gustara. Eres la primera que la escucha.-
-¿En serio?-
-Ni siquiera se la he tocado aún a mis amigos-
Nataly bajó la vista sintiendo que se ruborizaba
de nuevo. Aunque entonces apareció una pregunta en su mente.
-¿Y… para quién la escribiste?- Al pronunciar esas
palabras en voz alta sintió al mismo tiempo que quería y no quería saberlo.-
¿Hablas sobre alguien en especial? ¿De… tu novia?-
Sin darse cuenta, retiró su mano de la de Tom
escrutando su rostro. << Que no tenga novia. Que no tenga novia, por
favor. >>
No es que estuviera pensando en él con intenciones
románticas o algo parecido pero (y ni ella misma sabía el por qué) cuando le
gustaba un chico y después descubría que éste tenía novia, se sentía
estúpidamente culpable. Como si hiciera algo malo al pensar en él y ya no le
estuviera permitido seguir haciéndolo.
-No exactamente- respondió Tom después de
meditarlo unos segundos.- Es lo que le cantaría a mi novia si tuviera una. Pero
no pensaba en nadie en concreto mientras la escribía.-
¿Y cómo se podía escribir algo tan bonito sin
pensar en nadie? Aunque no lo entendía, la respuesta alivió a Nataly quien no
pudo evitar esbozar una diminuta sonrisa. Tom también le sonrió y permanecieron
mirándose el uno al otro hasta que un sonido los interrumpió. Tom sacó su móvil
del pantalón e hizo una mueca involuntaria de fastidio.
-Oye Nataly… me encantaría quedarme un rato más
contigo pero me temo que he de volver al trabajo.- le explicó poniéndose en
pie.- Es que tengo un jefe un poco pesado que está siempre encima de mí y
aunque hoy ya me ha echado la bronca, estoy seguro de que volverá a pasar por
mi puesto y si no me ve allí…-
-No, no te preocupes por mí ¡En serio!- Corrió a
decir Nataly, levantándose también.- Ya deberías haber vuelto, pero yo te he
estado distrayendo. No quiero meterte en problemas.-
Tom sacudió la cabeza apoyándose de nuevo la
guitarra al hombro.
-No me has metido en problemas, y aunque hubiese
sido así…- Le tendió una mano que Nataly tomó, ignorando los chispazos que
sentía cada vez más intensos.-… habría valido la pena.- Nataly sintió el
impulso de bajar la cabeza ante ese comentario, pero sólo ensanchó su sonrisa.-
¿Vas a quedarte un rato más por el parque o te marchas a casa?-
Por primera vez desde que había llegado a ese
parque se sentía con fuerzas renovadas para volver y enfrentar lo que le
estuviera esperando en su casa, pero… si se iba ahora, no volvería a ver a Tom,
a no ser que volviera otro día al parque aunque con la mala suerte que tenía,
para cuando quisiera hacerlo esa bonita canción podría tener ya una dueña
legítima.
-Creo que me quedaré un poco más dando una vuelta-
respondió.
-¡Bien! Quizás nos veamos de nuevo por aquí- Le
pareció realmente ilusionado ante esa posibilidad, pero Nataly no quiso
emocionarse antes de tiempo. Ella sí que estaba segura de que quería volver a
verle.
-Por si no nos viéramos…- comenzó a decir ella.-…
gracias por… bueno, por todo.- Por haberla acompañado, por no haberla dejado
sola, por haber hecho que se sintiera comprendida. Y todo eso sin ser su amigo,
su novio o simplemente un conocido. Creyó que decir todo eso en voz alta
sonaría un tanto extraño, así que sólo lo pensó.
No obstante por el modo en que la miraba, era como
si supiera lo que ella pensaba cada vez que se quedaba en silencio.
De repente, las miradas de ambos confluyeron en
sus manos que seguían unidas, a pesar de que habían pasado varios minutos y se
soltaron a la vez. Nataly se llevó las manos a la espalda como queriendo
esconderlas.
-Bueno, hasta pronto- se despidió Tom y comenzó a
alejarse.
Nataly le siguió con la mirada hasta que su figura
se perdió entre la gente que iba y venía comprando comida y absurdos recuerdos
del parque. Sólo cuando ya no podía verle, se dejó caer sobre la silla,
recuperando el peluche y con un amago de tonta sonrisa en el rostro.
Por un ilusorio segundo llegó a creer de nuevo que
todo pasaba por algo, incluso las cosas malas. Y que la concentración de cosas
malas que le habían pasado últimamente habían tenido como objetivo empujarla
hacia Tom. Eso les confería un sentido que casi llegaba a consolarla.
Σ Σ Σ
Tom llegó ante el puesto de peluches aún con la
dulce sonrisa de Nataly en su mente. En su cabeza resonaba una nueva melodía,
aunque aún no lo suficiente clara como para intentar interpretarla, así que
tendría que dejarla reposar un poco más.
Viki le recibió con los labios fruncidos y
torcidos hacia un lado. Estaba molesta.
-Hola- saludó él de todos modos.
-Vaya, vaya ¡Mira quien ha vuelto!- exclamó ella,
casi sin mirarle. Tom sabía que lo correcto era disculparse, pero le pareció
que alargar un poco más ese enfado sería una buena estrategia para mantener a
Viki alejada un tiempo.
-No habrá vuelto Bossy mientras no estaba
¿Verdad?- quiso saber él.
-Como si te importara mucho- soltó Viki. Parecía
terriblemente enfadada, pero cuando se dignó a mirarle, Tom vio como éste
desaparecía poco a poco de sus ojos cargados de maquillaje oscuro, sin que él
hubiese hecho nada.- No, no ha regresado. Pero deberías andarte con más cuidado
¿Acaso no te importa que te eche de aquí?-
Probablemente no le importaba ni la mitad de lo
que parecía preocuparle a ella. Cada vez le gustaba menos trabajar allí.
-Por cierto, tu amiguita enferma se ha dejado
esto- dijo Viki balanceando frente a su cara el bolsito que Nataly llevaba en
la muñeca.
Se lo habría olvidado al salir corriendo del
puesto de ese modo. Seguro que ahí dentro llevaba todo su dinero, el móvil, llaves
y demás.
-En fin, ya volverá a buscarlo- opinó Viki
soltándolo sobre el mostrador dejando claro lo poco que le importaba en
realidad.
Pero Tom supo al instante que no lo haría. Por lo
poco que sabía de Nataly, estuvo seguro que no pasaría por allí de nuevo para
no traerle problemas. No sabía por qué estaba tan convencido, pero lo estaba. Y
ahora estaría deambulando sola por el parque sin nada encima. O tal vez… quizás
siguiera en el puesto de comida rápida.
En un impulso que sabía que le traería problemas,
agarró el bolsito.
-Ahora vuelvo- anunció. Viki le miró con la boca
abierta.
-Pero ¡¿Vas a dejarme sola otra vez?!- Tom ya
había echado a correr y apenas oyó su último grito.- ¡TOM! –
Siguió corriendo, todo lo rápido que se puede
correr cuando vas por concurridos espacios llenos de personas a las que tienes
que ir esquivando como si fueran banderines. La mayoría daban un respingo
cuando le veían acercarse a toda velocidad hacia ellos, aunque él los rodeaba
en el último instante y evitaba la colisión.
Pero al final, hubo uno que apareció tan de la
nada que no pudo frenar a tiempo y chocó contra él. Justo cuando iba a
disculparse, se fijó en el rostro contrariado que le miraba.
-¡Tío, ten más cuidado!- le recriminó.
-¡Jack! ¿Por qué no estás en tu atracción?- le
preguntó Tom.
-Tenía hambre y tú casi me dejas sin cena- le
explicó enseñándole un enorme perrito caliente que llevaba en la mano.
-Pues ándate con ojo. Esta noche Bossy está
cumpliendo con su amenaza- le previno.- Antes ha estado por mi puesto y ha
soltado unas cuantas lindezas de las suyas.-
Jack arqueó las cejas, sorprendido.
-¡No fastidies, tío! Vaya… bueno, tendré cuidado-
Se llevó el perrito a la boca, pero a medio camino se detuvo frunciendo el
ceño.- Entonces ¿Qué haces tú que no estás colocando conejitos y delfines de
peluche a la inocente gente del parque?- Su mirada se desvió hasta el bolsito
que sujetaba.- ¿Qué haces con eso? Si los demás te ven con él, no tendrán
piedad.-
-No es mío-
-¡Ya me imagino!- Tom desvió la mirada, sonriendo
y Jack lo observó dando al fin el ansiado mordisco al perrito.- ¿Ha pasado
algo?- La mirada de su amigo le rehuía de un modo demasiado sospechoso como
para pasarlo por alto.- Conozco esa mirada huidiza… ¿Qué pasa? ¿Has ligado?-
-¡No!-
-Pero ¿Has conocido a alguien?-
-Bueno…-
-¿Una chica?-
-¡Pues claro que una chica!-
-¡Perdona! ¡No te hagas el misterioso, entonces!-
Tom sacudió la cabeza para no dejarse llevar por la absurdez que empezaba a
dominar la conversación.
-Se llama Nataly- le dijo.- La he conocido en el
puesto. No se encontraba muy bien y… ha sido todo un poco raro.- Quiso
contárselo a su amigo y se sorprendió al descubrir que aún había cosas de su
encuentro con ella que ni él mismo terminaba de comprender.- Cuando me miraba,
era como si me estuviera pidiendo ayuda…-
Jack asintió con una sonrisita.
-Ya, claro… ¡Qué sorpresa!-
-No, no, no. No era cosa mía. Ella estaba mal de
verdad- insistió Tom.- Me dio a entender que le había pasado algo horrible.-
-¿El qué?-
-No lo dijo. Y yo no quise agobiarla con preguntas.-
Jack asintió algo más convencido pero sin estarlo del todo.- En serio tío, es
ella… cuando la tienes delante sientes como si tuvieras que protegerla.- Eso
era lo que él había sentido y quizás por eso la primera canción que se le había
venido a la cabeza para cantarle había sido esa.- Se ha dejado el bolso en el
puesto y tengo que devolvérselo.-
-Tío, como te pille Bossy…-
-La dejé en el puesto de comida rápida, a lo mejor
sigue allí y puedo…-
-De allí vengo y estaba desierto- le informó su
amigo terminando de devorar el perrito.
-Entonces tengo que darme prisa en encontrarla
antes de que Bossy empiece de nuevo su ronda del terror.- Jack asintió.- Tú
también ten cuidado. Esta noche está especialmente cabreado.-
-¡Pues qué bien!-
Se despidieron y Tom salió pitando con el bolsito
bailando en sus manos. Jack se estiró de forma perezosa y comprobó su reloj. Si
Bossy ya había estado molestando a Tom, el próximo a por quien iría era él.
Sería mejor no tentar a la suerte y volver a trabajo.
Espero que os haya gustado. ¿Qué tal van esas apuestas? ¿Real o Ficticia?
Estoy deseando leer vuestros comentarios.
Por cierto, veo que ha habido algunas confusiones con lo de Halloween, así
que me gustaría aclarar que la historia que estoy preparando para Halloween,
aunque en ella también aparecerá Reward (Por supuesto) es una diferente a Noches de Feria. Las pistas visuales
que cuelgo revelan cosas del futuro de Noches de Feria, mientras que los personajes malvados que estoy desvelando
cada día hasta Halloween, son de la otra historia.
¡Ah! Eso me recuerda que ya podéis pasaros por la sección de Halloween para
descubrir el personaje de hoy.
Hasta la próxima, buscadores.
Pd: Referente a las entradas perdidas, me temo que los comentarios se han
perdido para siempre. Pido perdón a las personas a las que no llegué a contestar
pero al menos he aprendido la lección y no volveré a perder una entrada.
Hola, muy bonita esta parte de la historia, me muero de ganas de saber que le pasa a la chica...salio el heladooo joo que rico¡¡¡¡ si hasta se me hacia la boca agua jajaja
ResponderEliminarJo lo que siento es que no me he enterado de la letra dela canción...es que mi ingles es nulo, a si que no me entere de lo que decía la canción de Tom,
Bueno haber si en la próxima entrega nos enteramos de lo que le pasa a Nataly.
chaooo
¡Hola!
EliminarMe alegro de que te haya gustado la historia y el helado! jajaja, a mi tb me encantan los postres y me dio hambre mientras lo escribía.
Bueno, no te preocupes si no has entendido la letra de la canción que en la próxima entrada hablaré sobre ella, así que no te olvides de pasar ¿Eh?
Nos vemos por la feria-parque.
Hasta la próxima!
Hola!!^^
ResponderEliminarMe ha hecho mucha ilusión ver que habías subido el capítulo! Ya pensaba que no podría leerlo hasta Halloween por lo menos! Jajaja
Coincido con el comentario anterior, qué preciosa esta parte 8') Se me ha encogido el corazón con algunos momentos...yo no sé el resto, pero mi cabeza estaba chillando ¡¡¡que se besen, que se besen!!! O al menos que se abracen...!!! Tom y Nataly están hechos el uno por el otro, está claro, qué más pistas necesitan? Él escribiendo sobre proteger a su chica y ella es esa chica que necesita ser protegida!! Aunque aún no nos has dicho de qué, es decir, que le ocurre!!?!
Espero descubrirlo en el siguiente capítulo, necesito saber qué le está pasando a Nataly en su casa, me preocupa!
Y Tom....qué decir de Tom, lo de siempre, ese chico es encantador y me lo pido! Por lo menos cuando le ha dedicado la canción...(que por cierto, la letra es super bonita!!!) Además, eso de jugársela así con Mr.Bossy aunque no la conozca de nada...es de admirar jaja!!
Por otra parte, ME HA ENCANTADO la aparición de uno de los miembros de Reward, Jack, que me ha sacado varias jajaja. Espero verle más a menudo por la historia...como también espero que Tom encuentre a Nataly! Aunque tengo miedo de que en vez de eso, Mr.Bossy encuentre antes a Tom, se puede liar una buena XDD
Bueno, nos seguimos viendo por aquí, y te informo (aunque supongo que ya lo sabes) que me está encantando esta historia!!!!!! Y tras leer esta parte...cambio mi voto, ahora pienso que es Real, ajaja! Un saludo grande^^
¡Holas!
EliminarJajaja, uyyy hasta Halloween os iba a tener sin saber nada de Tom y Nataly?? No, no soy tan cruel, además yo intento subir algo nuevo por lo menos un día si y otro no.
Aysss, a mi también me gusta esta parte aunque me daba cosa que quedara un pelin empalagosa, espero que no os lo haya parecido! Bueno, bueno, esta claro que algo ha surgido entre ellos pero ¡poco a poco! que apenas se conocen (además, cuanto tardaron nuestros queridos Dallas y Carla en besarse? cuantas batallas contra evolutis cabreados pasaron?).
Veo que Tom esta consiguiendo votos para convertirse en favorito, bueno todavía tienen que aparecer los demás. Jack es majo, aunque ya te digo yo que no es ni por asomo el gracioso del grupo, aunque si te ha hecho reír ya verás cuando aparezca... en fin, ya lo verás.
Tom no es el único que tiene que andarse con ojo y esquivar a Bossy porque aún le quedan varias paradas esta noche.
Me alegro de que te siga gustando y... real de nuevo ¿eh? juju, bueno, aun queda para saberlo, pero esta bien.
Nos vemos en el próximo cap!
Hasta pronto.^^
Hola a tod@s!! A mí también me ha parecido esta parte muy entrañable. Muchas veces nos pasa que la música o las canciones son más capaces de expresar nuestros sentimientos mucho mejor que las palabras en sí.
ResponderEliminarMe gusta que el resto de la banda salga en la historia. Sigue cayéndome muy mal Viky, lo siento pero no la trago, jeje.
Estoy deseando la próxima entrega.
Ah y que sepas que no me estoy perdiendo nada de lo que pones de Halowen. Un fuerte abrazo.
¡Hola Rudimara!
ResponderEliminarMe alegro de que os este gustando tanto la historia, aunque a partir de ahora va a cambiar un poco porque, efectivamente, tendrán que ir saliendo el resto de los miembros de Reward.
No te preocupes que aquí permitimos amar y odiar por igual a los personajes, así que tu desahógate.
Haces bien en estar atenta a los anuncios de Halloween porque ahí están todas las claves para la gran historia de terror que llegará pronto al blog.
Nos seguimos viendo por aquí.
Gracias por todos tus comentarios ^^