¡Hola buscadores!
He vuelto para traeros un nuevo pedacito de la historia que estamos
leyendo^^ Pero antes doy la bienvenida a los dos nuevos buscadores que se han
unido al blog!! Espero que os divirtáis leyendo las historias de Reward y dejéis muchos
comentarios que estaré encantada de responder.
Y ahora sí que sí, vamos a lo que íbamos. Todos recordamos lo que pasó la
última vez que pasamos por la feria ¿verdad? Nataly tuvo un accidente de coche
de choque en el que, por lo menos, sabemos que se hirió la cabeza. Es hora de
descubrir si alguien acudió en su ayuda:
Poco a poco, Nataly empezó a recuperar la visión.
Los aterradores esperpentos de luz que la rodeaban se fueron definiendo hasta
convertirse en lo que realmente eran: otras atracciones que aún brillaban en
una lejanía divertida. Las sombras se aclararon y Nataly levantó una de sus
manos a la altura de sus ojos, no la apartó hasta que pudo ver sin problemas
las líneas de su palma. También vio los restos de sangre de la herida que se
había hecho en la frente.
Estaba sentada sobre el suelo metálico que había
tras la valla de seguridad de la atracción. Los tornillos de éste se le
clavaban en el trasero y las piernas, quizás las únicas partes de su cuerpo que
no habían resultado afectadas en su accidente automovilístico.
Al otro lado de la valla, la atracción se había
detenido. Los coches permanecían parados y vacíos, las luces y los focos se
habían apagado y al mirarlo sintió un escalofrío; le recordó a un cementerio
abandonado. La culpa era sobre todo de su propio coche. Había sido desterrado a
un rincón y tenía toda la parte delantera abollada; por un lado se veía el
fuerte golpe de la chica rubia y en la parte frontal, la colisión que ella no
había logrado evitar contra la valla. El cerebro de Nataly, aún en el precario
estado en el que se encontraba, intentaba comprender lo que había ocurrido y la
única conclusión a la que llegó fue que había ido cometiendo una estupidez tras
otra hasta culminar en un accidente de coche. Y claro, una conclusión como ésa
volvió a ponerla triste.
Además se encontraba fatal: la herida de la frente
le escocía, la cabeza le dolía a horrores
y sentía unos ardientes calambres tanto en la espalda como en el cuello.
Nataly se encogió sobre sí misma, apretando las
rodillas al pecho mientras consideraba la idea de volver a casa. Aquel día no
había hecho sino empeorar hora tras hora, y aunque ya no se le ocurría qué
otras desgracias podrían ocurrirle, quizás no debiera tentar a la suerte.
-Hola-
Nataly levantó, con mucho cuidado, la cabeza hacía
la voz que acababa de hablar. Frente a ella estaba el chico que recogía las
fichas en la atracción. Tal y como le había prometido en la entrada, nada más
pegársela contra la verja, él había acudido en su ayuda: la había sacado del
coche y la había obligado a sentarse allí mientras él iba en busca de algo con
que curar sus heridas.
Y ahí estaba de nuevo, con un precario botiquín en
sus manos y una expresión tranquilizadora en su rostro.
-¿Cómo te encuentras, preciosa?-
-Como si acabara de tener un accidente de coche-
El chico sonrió y ella se dio cuenta de que se
contuvo antes de reír. Era la segunda vez que se tomaba a broma algo que ella
decía en serio… cuando se lo proponía nunca resultaba ser tan graciosa.
Con un enérgico movimiento el chico se dejó caer
frente a ella y tomó asiento. Estiró sus piernas, enfundadas en unos gastados
vaqueros, en torno a ella y se le acercó. Demasiado. Tanto que, aunque Nataly
ya estaba doblada sobre sus rodillas, se encogió un poco más.
-Le echaré un vistazo a la herida y después la
curaré- anunció. Y antes de que Nataly asintiera conforme, el chico alzó sus
enormes manos y tomó el rostro de Nataly para acercarlo al suyo más aún, con
suavidad, eso sí. Estaba tan cerca de ella mientras revisaba la herida que
incluso notaba la respiración de éste sobre su propia nariz.
El corazón de Nataly se disparó de forma
escandalosa y pensó que él se daría cuenta durante los segundos que duró el
contacto. Segundos que a ella se le hicieron eternos mientras hacía esfuerzos
por respirar con normalidad y decidía qué hacer con sus ojos. El rostro
concentrado del chico ocupaba todo su campo de visión, pero no quería mirarle
fijamente como un búho.
Por suerte, un inesperado pinchazo de dolor en la
frente la hizo reaccionar.
-¡Ay!- exclamó sin querer, cerrando los ojos. Al
abrirlos, las manos del chico la soltaron.
-Perdón- se disculpó. Nataly aprovechó que se
distraía sacando del botiquín unas gasas y todo lo demás, para intentar
separarse un poco de él con disimulo.
-No es nada grave- le dijo el chico, al tiempo que
empapaba una gasa con el contenido de un bote sin etiqueta alguna que lo
identificara. De nuevo, alzó la mano hacia ella, ésta vez para apartarle el
pelo que caía sobre la herida. Se lo colocó tras la oreja provocando en Nataly
un escalofrío tan intenso que todo su cuerpo se tambaleó. Obviamente él lo
notó.
-No me va a doler ¿verdad?- preguntó Nataly en un
ataque de inspiración tan sorprendente como oportuna.
-No, no te preocupes- le respondió. Apretó la gasa
con cuidado sobre la herida y todo lo que ella sintió fue una fuerte sensación
de frescor, a pesar de lo cual, se le escapó un suspiro de alivio igualmente.
El chico volvió a sonreír ¿Qué te había
dicho? Parecía decir.- Bueno, también tengo que asegurarme de que todo está
bien en el interior de tu preciosa cabecita. ¿Recuerdas cómo te llamas?-
-Nataly-
-Bien, esa es una buena señal- anunció él
arrojando a un lado la gasa usada y cogiendo otra. Entonces se detuvo para
mirarla fijamente.- Hola Nataly, yo soy Jack.-
-Hola- atinó a responder ella después de unos
segundos en shock. Por suerte, Jack volvió a centrar su atención en la herida,
porque aunque no quería hacerlo, Nataly se quedó embobada observando sus ojos,
grises y afilados como las rocas al fondo de un abismo. Al mirarla fijamente
había sido como si un rayo la golpeara.
Todo él, de hecho, rezumaba un aire de atrayente
peligrosidad.
Llevaba la cabeza afeitada y su rostro era fino y
anguloso; las cejas, los pómulos, la barbilla… cada rasgo se le marcaba con
fuerza. Sus labios eran gruesos y se curvaban hacia los lados en una mueca de
confianza y desafío. Incluso el sutil rastro de barba que adornaba su rostro le
confería un arrebatador aire de desaliñado, como quien está demasiado seguro de
su atractivo como para preocuparse por tonterías como esa.
Tenía algo hipnótico que capturó la mirada de
Nataly (y supuso que la de muchas chicas más) como si fuera un potente imán. Un
atractivo varonil, incluso primitivo, pero que resultaba increíblemente
excitante.
La mirada de Nataly pudo seguir bajando por los
músculos que se le marcaban en los brazos por debajo de la camiseta negra de
tirantes que llevaba, pero decidió centrarse en otra cosa porque ya estaba
suficiente nerviosa por tenerlo tan cerca.
-Pues esto ya está- anunció Jack. Terminó de
pegarle la tirita sobre la frente y sonrió satisfecho.
Nataly también sonrió, aunque aliviada porque
pensaba que por fin podría respirar, no obstante antes de que pudiera tomar la
primera bocanada, las manos de Jack se movieron hasta su cuello.
-Voy a asegurarme de que no te has hecho nada en
las vertebras- le dijo frunciendo el ceño. La agitación interna que Nataly
sintió cuando las manos de ese chico le rozaron la nuca y la parte baja de los
hombros fue casi insoportable, como diez veces más intensa que todo lo
anterior.
-Eh…- murmuró Nataly. La garganta se le había
secado por los nervios y le costó empezar a hablar.- ¿Eres médico o algo
parecido?-
-Hice varios cursos de primeros auxilios. Y por
desgracia, no eres la primera que casi se desnuca en esta atracción- respondió.
De algún modo, esas palabras la hicieron sentir menos torpe.- Por cierto, ya
sabemos lo que ha pasado. Al parecer se rompieron algunos de los mecanismos internos
del coche que controlaban la velocidad.-
-Lo siento- dijo Nataly de forma automática.-
Últimamente me cargo todo lo que toco.-
Pero Jack meneó la cabeza retirando las manos de
su cuello.
-¡No fue tu culpa, preciosa!- le aclaró sin dudar.-Nosotros
deberíamos disculparnos contigo. Ese coche ya estaba mal de antes y encima el
cinturón no te sujetó.- Flexionó un poco las piernas, apoyando las manos en el
suelo como si fuera a levantarse, pero en lugar de eso se estiró perezosamente,
echando hacía atrás la cabeza. Al incorporarse ya no había en su mirada ni
pizca de la antigua confianza.- En especial yo te debo una disculpa. No debí
insistir tanto en que te montaras si no querías. Lo cierto es que parecías un
poco alterada.-
Un poco alterada… Nataly hundió la mirada al
recordarlo.
-No te preocupes por eso.-
-¿Te ha pasado algo?- se interesó él. Pero Nataly
se apresuro a negar con la cabeza, aún con la vista baja. Se miró las manos y
entonces recordó algo que, a pesar del dolor de su cuello, le hizo girar la
cabeza a los lados.
-Oye ¿Puedes ver un oso?-
Jack entrecerró los ojos, preocupado.
-Ahm, no. ¿Tú sí ves un oso?-
-¡No, no!- exclamó Nataly captando el tono de su
voz.- Me refiero a un osito de peluche que llevaba en el coche conmigo. No sé a
dónde habrá ido a parar.-
-¿Éste?- le preguntó Jack sacándose el oso de la
espalda. ¿Dónde se suponía que lo llevaba sujeto? Nataly no preguntó, una vez
superada la impresión, agarró el oso con fuerza sintiendo un absurdo alivio.-
¿Es importante para ti?-
-Sí… bueno, no en realidad… o… no sé- se hizo un
lío porque a mitad de la respuesta, la pregunta le pareció más seria que en un
principio. Jack arqueó las cejas, pero no hizo ningún comentario al respecto.
-¿Lo ganaste en el puesto de pistolas de agua?-
-No exactamente. El chico encargado del puesto me
lo regaló porque me eché a llorar sin motivo- explicó sin saber por qué.
En realidad, notaba algo raro, como una ligereza
mental que parecía estar bloqueando su filtro y por eso las palabras fluían con
mayor soltura, casi sin que le hiciera falta pensarlas antes de dejarlas salir.
¿Sería cosa del golpe?
-¿Tom te lo regaló?- preguntó Jack. Y Nataly
levantó la vista sorprendida ante la mención de su nombre, aunque lo cierto era
que el más sorprendido fue él.- Nataly… ¡Claro! Tú eres la Nataly de Tom.-
-¿Qué soy qué?-
-Tom me estuvo hablando de ti hace un rato, cuando
me lo encontré.- le contó.- Ahora que lo pienso, te estaba buscando por algo…
no recuerdo por qué.- Hablaba de carrerilla, pero sus ojos la repasaban de
arriba abajo como si de pronto fuera una persona totalmente nueva, hasta que
sonrió.- Le causaste una gran impresión.-
-¿Ah… sí?-
¿De verdad? No lo entendía… si Tom había conocido
a una versión suya llorona e histérica. ¿Cómo podía haberle impresionado? Pero
le había hablado de ella a sus amigos. Y además la estaba buscando, lo que
únicamente podía significar que ¡Quería volver a verla! Nataly sintió un aleteo
de alegría en el estomago al llegar a esa conclusión que le hizo sonreír.
Aún así intentó retomar la conversación con la
mayor naturalidad posible.
-Bueno… a mí Tom también me cayó muy bien- afirmó
como si nada.- Me ayudó cuando estaba un poco… triste y fue encantador
conmigo.-
¿Había hablado de más? Jack apretó los labios
hacia fuera en un sospechoso mohín y asintió con la cabeza como si hubiera
comprendido lo que en realidad quería decir.
-Encantador…- repitió él con una voz que le puso
los pelos de punta a Nataly.
-Quiero decir que fue muy bueno conmigo- intentó
explicarse. Por desgracia su mente seguía demasiado volátil y los pensamientos
aún se le escapaban.- Me gusta Tom.-
¿Por qué había dicho eso? Se llevó una mano a la
cabeza mientras Jack reprimía una risita.
- A mí también me gusta.- convino él. Aunque
enseguida hizo una mueca como si se le hubiese venido a la mente una idea
desagradable.- No de ese modo.- añadió. Y Nataly dio un respingo.
-¡No, ni a mí tampoco!- exclamó ella. Sacudió la
cabeza cuando sintió que se ruborizaba y pensó deprisa cómo podía cambiar de
tema antes de que ese hiciera que la mente le estallara.- Así que Tom y tú sois
amigos… ¿Os conocéis desde hace mucho?-
-Desde… los catorce años, más o menos- respondió.
Y silbó para sí como si acabara de entender cuánto tiempo era eso en realidad.-
Primero estudiamos juntos y ahora trabajamos juntos. Al menos hasta que lo del
grupo salga adelante.-
-¿También tocas en el grupo?-
-Bueno, yo sólo canto- A Nataly no le costó
imaginarse cómo sonaría su sugerente voz mecida por una bonita melodía.- Yo no
sé tocar ningún instrumento. En realidad, yo iba a marcharme a jugar a
baloncesto fuera de Irlanda pero, Tom me metió en la cabeza lo del grupo y me
quedé.-
-Mmmm… pero ¿Y si lo del grupo no sale bien?-
-¿Por qué no iba a salir bien?-
-No lo sé… pero ¿No te da miedo?
-¿El qué?
-Pues eso.
No saber lo que va a pasar y no tener un plan de futuro.-
Por la cara que le ponía, Jack la entendía cada
vez menos. ¿Acaso no le preocupaba no saber lo que haría con su vida? Pensar
que lo de la música podía no salir bien no era una posibilidad tan descabellada.
-¿Por qué iba a darme miedo algo así?- preguntó
encogiéndose de hombros. Nataly clavó los ojos en el osito meditando en ello.
No eran sólo sus pensamientos, también sentía las emociones a flor de piel. Esa
simple pregunta la puso nerviosa como si acabaran de cogerla haciendo algo malo.-
¿A ti sí?- Además, la cabeza le dolía tanto que apretaba los puños en torno al
peluche, molesta.- ¿Qué es lo que te da tanto miedo, preciosa?-
Le miró a los ojos y Nataly sintió, de repente, la
necesidad de contarlo todo. Era la primera vez que alguien le hacía esa
pregunta y no estaba segura de saber responderla. Llevaba demasiado tiempo con
esas ideas en la cabeza y desde la comida con sus padres no lograba sacárselas
de la cabeza.
-Yo… no, ¡No lo sé!- exclamó de golpe. Jack dio un
respingo, arqueando las cejas.- A veces creo que a todo pero… Hace unas semanas
terminé de estudiar y ahora ¡No tengo ni idea de qué hacer! No sabía lo
aterrador que puede ser no tener nada que hacer… es como si viviera el mismo
día una y otra vez, pero sé que el tiempo pasa, pasa muy rápido. Ellos me lo
dicen todos los días, creen que estoy malgastando mi vida y yo… ¡Yo también lo
creo! Me da miedo que… - Le llegaban tantas ideas a la cabeza en estampida y no
era capaz de cazarlas todas enteras, así que a veces sólo veía palabras
sueltas. Y la cabeza le ardía, le palpitaba de dolor y tuvo que sujetársela con
ambas manos para intentar calmarla.-… ¡¿Y si me quedo sin tiempo?! ¡Para tomar
decisiones y hacer cosas! Hay tantas cosas que ya debería haber hecho y el
tiempo se ha ido, y si no reacciono ahora me quedaré sin tiempo… pero no puedo,
no sé… -
La respiración se le había acelerado tanto que las
palabras inconexas que le llegaban desde su mente se le atascaron en la boca y
ya ni siquiera ella sabía lo que estaba diciendo.
Jack, que la había estado escuchando con atención,
no tardó en darse cuenta de lo mucho que se estaba alterando, así que cuando la
voz le falló y la vio agarrarse la cabeza como si estuviera a punto de
estallar, alargó las manos hacia ella y las puso sobre sus hombros.
-Está bien, preciosa, ya es suficiente-
Nataly parpadeó como si acabara de despertar de
una terrible pesadilla y miró a su alrededor, confusa. Pero la cabeza le
recordó lo que pasaba con un nuevo pálpito que repartió el dolor desde la parte
trasera hasta la frente.
-Pero ¿Qué me pasa?- se preguntó Nataly compungida
y alzando de nuevo las manos para sujetársela.
-Pues que acabas de darte un castañazo en la
cabeza muy serio- respondió Jack.- Aún así es sorprenderte que puedas gritar de
ese modo… - Trató de animarla con una sonrisa pero Nataly estaba desquiciada.-
Es normal que estés confusa, pero aún así, creo haber pillado el mensaje.-
-¿Ah sí?-
Jack sonrió apartándole el pelo de la cara con
suavidad, gesto que Nataly ni siquiera notó esta vez.
-Sí ¿Y sabes qué? No tienes que seguir
preocupándote por eso nunca más.- La confianza con la que hablaba resultaba
aplastante, aunque Nataly no abrigó demasiadas esperanzas.- Ahora mismo estás
viviendo tu vida como si fuera una cuenta atrás, pero es el tiempo el que
espera por ti y no al revés. Y lo que tenga que pasarte, te pasará antes o
después. Si te empeñas en intentar controlar el tiempo te volverás loca porque
éste se te escurrirá entre los dedos y seguirá pasando igual tengas un plan o
no. Así que lo único sensato que puedes hacer es vivir y disfrutar.-
Todavía le costaba pensar con claridad, pero
Nataly lo intentó. Quizás se debiera al golpe que aún reverberaba en su pobre
cráneo pero no sabía si esas palabras le sonaron demasiado sencillas o
terriblemente complejas. Fuera como fuese, tenían bastante sentido y eso sí que
pudo verlo enseguida.
-Así que vivir y disfrutar… así de simple ¿Eh?-
-La vida es simple, preciosa- asintió Jack,
acariciándole una vez más el pelo.- El manual de <<Activación y
desactivación de los mecanismos de seguridad de los coches de choque y
prevención de accidentes>> es complicado.-
Nataly sonrió en silencio. De hecho, los dos
guardaron silencio tras esas últimas palabras. Y ella lo agradeció, permitió a
sus pensamientos vagar libres por su mente y que cada uno ocupara su lugar para
que poco a poco la confusión que allí reinaba comenzara a disiparse.
El dolor se resistió un poco más, pero disminuyó
hasta volverse una fastidiosa molestia gracias a una refrescante brisa nocturna
que se había levantado y soplaba sobre ella.
Jack también parecía estar disfrutando de ella,
hasta que de pronto se puso tieso, como si algo le hubiera dado un calambrazo.
Con un repentino brinco se puso en pie y giró la cabeza hacia el otro lado de
la pista de la atracción.
-¿Ocurre algo?- preguntó Nataly observando a su
amigo, quien sin volver la cabeza hacia ella, le hizo un gesto con la mano.
-Escucha-
Y Nataly, aunque extrañada, intentó escuchar.
Supuso que Jack se referiría a escuchar algo que no fueran los habituales
sonidos del parque que la venían acompañando toda la noche, pero éstos eran tan
ensordecedores que tuvo que esforzarse mucho en captar algo que se alejara del
jaleo general. Y sí. Consiguió oír algo. La brisa también traía consigo el
rastro de una voz algo ruda y cascada, pero muy potente que no hacía sino que
soltar una retahíla de improperios y maldiciones que no iban dirigidos a nadie
en concreto.
-¿Qué es eso?-
Jack adoptó una expresión que casi consiguió afear
su atractivo rostro. Casi, pero no del todo.
-Mr. Bossy. Nuestro jefe, al que seguramente no le
va a hacer ninguna gracia encontrarse la atracción vacía- respondió.- Quizás ya
se ha enterado y viene a echarme la bronca.-
-¿Por qué? No ha sido culpa tuya.-
-No hace falta. Nos odia.-
-¿A quiénes?-
-Pues a mí, a Tom… a todos.-
La voz se escuchaba cada vez más fuerte, y las
palabrotas y los insultos eran también más audibles. Eso debía significar ese
terrible Mr. Bossy estaba mucho más cerca.
-Pero ¿Por qué os odia?-
-No se sabe. Hay muchas teorías.-
Jack no parecía realmente preocupado, al menos su
expresión no había cambiado demasiado pero vigilaba la dirección de la que
procedía la voz con excesiva seriedad. Tanta que incluso Nataly empezó a temer
la aparición de ese hombre y también centró su mirada en la pista.
Al principio no pudieron verle, pues todo estaba
sumido en las sombras, pero sí que le oyeron. Sus pasos retumbaban con una
claridad inconfundible en aquel suelo de goma.
-Se está acercando…- se le escapó a Nataly
repentinamente nerviosa. Jack le guiñó un ojo mientras metía los pulgares entre
la hebilla del cinturón y el pantalón.
Finalmente, emergió una figura fuerte y algo
redondeada que se acercó a ellos directamente. Al verlos, Bossy ni siquiera
reparó en la chica herida, levantó un dedo con el que señaló a su empleado como
si nada más existiera.
-¡Ya puedes tener preparado una buena explicación
para todo esto! ¡¿Por qué demonios está mi atracción cerrada?! ¡¿EH?! ¡¿Qué
pasa?! ¡¡¿Has decidido tomarte la noche libre acaso?!!- Se detuvo antes de
traspasar la valla y su dedazo se desvió un instante hasta el coche destrozado.
El rostro se le estaba encendiendo por momentos.- ¡¡¿Y qué le ha pasado al
coche nº 7?!! ¡¿Eh?!- Entonces hizo una minúscula pausa en la que Jack intentó
explicarse, pero apenas había abierto la boca cuando el jefe siguió.- ¡¡VAMOS!!
¡¡DI ALGO!! ¡Defiéndete si puedes!-
Esos gritos resultaban tan impresionantes por el
simple hecho de salir de la pequeña y enjuta figura de Bossy que Nataly no fue
capaz de apartar su vista de él durante varios segundos. Cuando lo logró,
descubrió que Jack permanecía imperturbable.
-Mr. Bossy, puedo explicarlo todo si me lo
permite- le dijo sin alzar la voz si quiera.- Ha habido un accidente en la
pista, Mr.-
-¿Accidente? ¿Cómo que accidente?-
-Los mecanismos internos del coche 7 se averiaron
y éste perdió el control.- Jack señaló a Nataly con la cabeza y Bossy dio un
respingo al verla.- Ella es Nataly, conducía el coche 7 cuando se estrelló
contra la valla y se golpeó la cabeza.-
Los ojos de Bossy se abrieron de par en par, pero
supo recomponerse pasándose la mano por los pelos alborotados que bailaban
sobre su cabeza.
-Vaya… ¿Y estás bien? ¿Ella está bien?-
-Sí, sí. La he curado la herida y he parado la
atracción hasta que alguien venga a llevarse el coche 7, por seguridad.-
Bossy calló. Parecía descolocado y a Nataly no le
sorprendió, pues había aparecido preparado para echarle la bronca a su vago
empleado y lo que había encontrado era que éste había solucionado una situación
bastante complicada.
Jack había resultado ser más responsable y
cuidadoso de su trabajo de lo que a ella le había parecido en un primer
momento.
El jefe se volvió hacia ella.
-¿Seguro que estás bien, jovencita?-
-Sí, estoy mucho mejor- aseguró Nataly.- Este
chico me ayudó y se ha preocupado por mí desde el primer momento. Tiene a un
gran empleado, Mr.-
Nataly captó que Jack le sonrió justo antes de
ponerse serio de nuevo cuando Bossy se dirigió a él de nuevo.
-Bueno, pues… sólo me queda decirte que has hecho
un buen trabajo, Jack- admitió un poco a regañadientes. El aludido asintió pero
prefirió no decir más y contentarse con esa breve felicitación.- Mandaré a
alguien para que retire el coche de la pista y volverás a abrir la atracción
enseguida.- Un nuevo asentimiento de cabeza y Bossy comenzó a alejarse, pero
antes de eso levantó el dedo una última vez.- En cualquier caso, esto no cambia
lo que os dije a ti y a tus amiguitos esta mañana. Os estoy vigilando.-
Entonces sí, Bossy reemprendió su camino a través
de las sombras y desapareció. Jack suspiró dejando caer su cabeza hacia atrás.
-¿Es así todos los días?- preguntó Nataly,
espantada. Jack se encogió de hombros con resignación, volviendo en sí.
-Suele usar esa amenaza siempre, sí- le contestó.-
Pero hoy es la primera vez que la cumple.-
Entonces Nataly recordó lo que Tom le había dicho
sobre su jefe antes de irse corriendo. Con semejante ogro vigilando todos sus
movimientos, se preguntó si no le habría traído problemas a Tom su encuentro
con ella.
Si no quería complicarle las cosas también a Jack,
sería mejor que siguiera su camino, fuera el que fuera. Apoyó las manos en el
suelo metálico y con bastante dificultad, intentó levantarse. Nada más hacerlo,
sintió como si la imagen que veía se partiera por la mitad y los pedazos
comenzaran a dar vueltas. Le invadió una sensación de ingravidez tan fuerte que
habría caído al suelo de bruces si Jack no la hubiese atrapado al vuelo.
Nataly se apoyó en sus hombros sin saber qué le
había pasado.
-Será mejor que te lo tomes con calma por ahora,
preciosa ¿De acuerdo?- le dijo él, sosteniéndola.
-Me he mareado…-
-Claro, golpearse la cabeza es lo que tiene.-
Nataly se detuvo para respirar hondo y esperó a
verlo todo claro de nuevo. Se irguió un poco, con lentitud y todo se mantuvo en
su sitio.
-¿Puedes caminar?- preguntó Jack ofreciéndole el
brazo.
-Creo que sí- Intentó mantenerse por sí misma,
pero todo empezó a girar de nuevo así que se aferró al brazo de su amigo.-
¿Sola, quieres decir? Creo que no.-
-Ya veo… ¿Y has venido con alguien?-
-No- Nataly pensó en esa gente, pero había sido
por su culpa que ella subiera a esos infernarles coches, así que ni siquiera
consideró la idea de pedirles ayuda.- He venido al parque sola.-
-Pues… quizás deberías llamar a alguien para que
te venga a buscar y te lleve a casa.-
-¡No!- exclamó Nataly. El estomago se le revolvió,
no supo si por el grito o por la perspectiva de volver a casa. El chico la miró
perplejo.
-¿No? ¿Por qué no?-
Nataly le agarró por la muñeca donde llevaba su
reloj y lo alzó hasta la altura de su nariz. Acababan de dar las diez.
-Todavía no puedo volver a casa-
Incluso ella, mareada y convaleciente supo lo
extrañas que habían sonado esas palabras. Pero, al igual que había hecho Tom en
su momento, Jack asintió como si comprendiera y no hizo más preguntas.
-Está bien, veamos…- se dijo para sí, pensativo-
Es obvio que no puedes quedarte sola porque aún no estás lo bastante
recuperada. Te diría que te quedaras aquí hasta que mi turno acabara pero…-
-No, no, no. No te preocupes por mí, no quiero
causarte más problemas…-
-Eso da igual, preciosa. Lo que ocurre es que no
es el mejor sitio para que descanses. En breve vendrán los gorilas de Bossy
para llevarse el coche y después tendré que encargarme de volver a poner en
marcha todo y no podré vigilarte…-
-¡Pero si estoy bien!- insistió Nataly, sin
embargo del mismo impulso de la exclamación, sus pies trastabillaron y Jack
tuvo que agarrarla de nuevo.
Esta vez le pasó un brazo por los hombros para
mantenerla sujeta. Sorprendentemente, aquel contacto no la puso nada nerviosa.
-Sí, estás genial, preciosa. Pero insisto en que
necesitas estar acompañada.-
-¿Y qué puedo hacer?-
-Lo único que se me ocurre es llevarte al puesto
de Tom y que te quedes allí con él. Pero no le digas que eso de la frente te lo
has hecho en mi atracción, no vaya a enfadarse conmigo…-
El corazón de Nataly dio un vuelco.
-¿Con Tom?- preguntó.- Pero… igual allí también
molesto.-
-No, no creo. Su puesto es mucho más tranquilo que
una atracción. Además, Bossy ya ha pasado por allí.- Jack recogió el osito del
suelo y se lo puso en las manos con una sonrisa.- Venga, vámonos.-
Sin embargo, Nataly le retuvo.
-Quizás debería ir yo sola. Tú deberías quedarte y
arreglar todo esto antes de que Bossy se enfade contigo otra vez.-
-¿Dejarte sola?- repitió Jack. La miró y una
sonrisa divertida cruzó por su rostro, como si acabara de descubrir algo en la
cara de la chica en lo que antes no había reparado.- Vaya, Tom tenía razón…-
-¿Sobre qué?- quiso saber ella.
-Pregúntaselo a él cuando le veas.-
Σ Σ Σ
Tardaron más de lo que habían pensado en llegar
ante el puesto de las pistolas de agua porque Nataly, además de necesitar ir
agarrada a alguien, se desplazaba a una velocidad inusualmente lenta para
evitar nuevos mareos. Era irritante. Para ella; porque Jack no parecía muy
preocupado por retrasarse más en volver a su trabajo.
Lo peor fue que, después de todo lo que tardaron
en llegar y lo que le costó a Nataly mantener a raya los nervios, cuando se
plantaron ante el puesto resultó que Tom no estaba allí. Su compañera, que
estaba que echaba humo, fue quien les informó.
-¡Lleva toda la noche desaparecido y yo aquí
sola!- se quejó mientras mascaba un chicle con la mitad de su dentadura.-
¡Tiene suerte de que Bossy no le haya pescado escaqueándose de esta manera!-
-Ya Viki, entiendo…- Jack se apoyaba en un de las
pistolas con una mano, mientras que con la otra seguía sosteniendo a Nataly.-
Pero ¿Te dijo a dónde iba?-
-¿Cuál de las veces que me ha dejado tirada?-
colocó los brazos en jarra mientras hacia una pompa con el chicle. Lo que tardó
en hincharla y explotarla, le echó una larga mirada a Nataly que dejaba claro
que la recordaba.- Tu amiguita “la accidentada” debe saberlo porque la primera
vez salió corriendo tras ella.-
En su voz había una hostilidad muy mal disimulada
que hizo que Nataly se preguntara por qué esa noche todas las rubias con las
que se cruzaba parecían odiarla.
-Mirad, yo no sé donde está Tom- les dijo Viki,
quien obviamente deseaba dar la conversación por terminada cuanto antes.- Pero
si os lo encontráis, haced el favor de decirle que vuelva antes de que Bossy le
despida.-
-Está bien. Gracias Viki- le dijo Jack.
Enganchó su brazo al de Nataly y la alejó del
puesto y de su simpática encargada.
-Tal vez debería quedarme aquí y esperar a que Tom
vuelva- sugirió Nataly cuando se hubieron alejado unos cuantos metros. Jack
arqueó las cejas.
-¿Te apetece quedarte con Viki?-
-No demasiado. Pero así tú podrías volver al
trabajo.-
-Deja de preocuparte por eso- Pero ¿Es que ese
chico no se alteraba por nada? – Ah, y no se lo tengas en cuenta- añadió
refiriéndose al comportamiento de la rubia.- Viki es de ese tipo de chicas que,
básicamente, odian al resto de mujeres del mundo.- Nataly frunció el ceño ¿Cómo
podía ser posible? - Además le gusta Tom.-
-¿Ah… sí?- Nataly desvió la mirada con una
pregunta en los labios luchando por salir. Intentó que al hacerla sonara como
si en realidad no le interesara.- ¿Y a Tom le gusta ella?-
-Puff, no- soltó Jack sin detenerse un instante a
pensarlo.- No es su tipo.-
Aquella conversación se estaba tornando tan
peligrosa como interesante para Nataly. No quería que Jack descubriera sus
intenciones pero algo la empujó a continuar.
-¿Por qué no es su tipo?-
Y Jack respondió, de nuevo sin dudar.
-Porque Tom necesita a una chica a la que pueda
proteger de todos los peligros y complicaciones de la vida. Él es así, es un
protector nato- La letra de aquella canción acudió a su mente como una flecha y
también sus palabras: “… es lo que le cantaría a mi novia si tuviera una”.
Nataly le sonrió al suelo sin darse cuenta ¡Era tan mono! - Viki no es que
tenga problemas, es que le encanta provocarlos.-
-Vaya…-
-Sí- concluyó Jack.- Pero centrémonos en nuestros
propios problemas. Tom anda por ahí desaparecido, yo tengo que volver a donde
los coches y tú no puedes quedarte sola…-
-Sí que puedo quedarme sola-
-Se me ocurre que…- continuó Jack sin hace caso de
su último comentario. Miró a su alrededor y arrugó la nariz como si dudara.-
Bueno, supongo que es mejor que nada.-
Echó a andar sin dar más explicaciones, tirando de
Nataly con delicadeza de vuelta a la zona de las atracciones.
-¿A dónde vamos?- preguntó ella.
-Hasta que Tom aparezca o yo acabe mi turno vas a
tener que quedarte con Nate.-
-¿Quién es Nate?-
-Un amigo de Tom y mío- le explicó.- Trabaja aquí
al lado, en otra atracción. Una lo suficiente tranquila como para que estés
bien en ella.-
¿Tranquila? Sin saber por qué eso le dio mala
espina.
-¿Ah sí? ¿Cuál?
Bueno, bueno... ¿Qué me decís? Quiero saber todas vuestras opiniones ya!!.
Nos vemos pronto, buscadores.
buenooo hemos conocido a Jack, y ha resultado un chico con la cabeza muy bien amoblada... a sabido capear a Mr. y darle un buen cosejo a Nataly haber si le hace caso y se anima un poco.
ResponderEliminarSigo preguntándome donde esta Tom?
Y en el próximo trozo conoceremos a Nate que guay.
bueno hasta el próximo paseo por la feria.
chaoo
¡Buenas!
Eliminar¡Sí, era Jack! Y ahora que es él mismo y no un pequeño leprechaun cabreado, estoy de acuerdo en que parece más responsable y razonable, jajaja.
Si en el fondo Jack es como el papa del grupo!^^
Pues a ver Tom anda por ahí... correteando en busca de Nataly, pero es que ese parque es muy grande!!!
Gracias por seguir comentando, espero que te siga gustando la historia y nos vemos pronto en la atracción de Nate.
Bye
Hola de nuevo!!
ResponderEliminar¿¿¿PERO QUÉ LEEN MIS OJOS??? ¿Soy yo o Mr.Bossy acaba de reconocer que uno de los chicos de Reward ha hecho un buen trabajo! Es increíble:O Pero bueno bueno, recapitulemos...
Veo que no he dado con el miembro de Reward -_- ! Pero bueno, cuando comencé a leer este capítulo pensé: no puede ser Nate. Era demasiado amable y cariñoso...y entonces se me vino a la mente Jack, así que a la segunda va la vencida...jajaja!
La verdad es que ha sido chungo el accidente de Nataly...vaya horror...aunque al final no ha sido tan malo! Vamos, no se quejará después de haber estado entre los brazos fuertes de Jack (se nota que nos pierden los músculos jajaja), y esa voz tan sugerente, que ha sido el aspecto que más me ha gustado jejeje!
Se ha portando super bien con ella, y me ha encantado cuando ha dicho: "la Nataly de Tom". Pero al descubrir quien era ella ha hecho varios mohines...creo que han sido en plan: "joe, Tom la ha visto antes".
En cuanto a lo de llevarla al puesto donde estaba Tom...que no estaba, y la que estaba era Vicki...ha sido pero el remedio que la enfermedad! Y si planea llevarla a Nate...va a ser peor el remedio del remedio de la enfermedad que el remedio de la enfermedad...o algo así xD
En fin, veo que aún no has puesto el 6 ! T_T Más te vale colgarlo pronto...entre semana nunca puedo comentarlo:(( Pero...esperaré ansiosa hasta el siguiente! Quiero saber quiénes son esas personas y donde se ha metido Tom! Y también tengo ganas de ver a Nate...jajaja
Un saludo buscadora, nos vemos próximamente, capítulos geniales como siempre^^
¡Hola!!!
EliminarLo sé, ha sido increíble lo de la disculpa de Bossy, es difícil que Jack haga algo mal, así que se merecía la felicitación, aunque a Bossy le ha costado lo suyo, jajaja
¡Has acertado a la segunda! ¡También esta bien! Lo que pasa es que conociste a los miembros de Reward cuando se estaban convirtiendo en monstruos en Halloween, entonces sus personalidades no estaban en su estado puro, por eso cuesta reconocerlos ahora... pero aún así, casi das con el bueno. Jack es mucho más majo siendo él que siendo un leprechaun cabreado y así se aprecian mejor sus músculos también jajajaja
Lo del puesto ha sido un poco ¡Plof! es verdad, yo tampoco me habría querido quedar con Vicki ¬¬ esta claro! Pero gracias a eso ¡Vamos a conocer a Nate! Ya verás que divertido ^^
Esta semana me pongo con la parte 6 y así el finde podrás leerla, I promise!! Que ya he visto que has colgado caps nuevos en Inestable *__* jajaja
Bye y gracias por tus grandes comentarios.
Qué bueno es Jack!! Está cuidando de la Nataly de Tom!! Jijiji me ha gustado mucho esta forma de reconocer a la chica. La pobre se ha llevado un buen golpe, es normal que esté tan mareada y desorientada...pero lo suficientemente cuerda para no quedarse con Vicki. Ahora nos toca conocer a Nate, y tengo muchas ganas de hacerlo. Un abrazo.
ResponderEliminar¡Lo sé! Todo el mundo quiere a Jack, si es como el papi del grupo ^^
ResponderEliminarDe todos modos, ¿Quién no cuidaría de una chica que se acaba de romper la crisma contra una valla? No preocuparse, que Nataly irá mejorando! jajaja
Pos nada, vamos a conocer a Nate!